sábado, 20 de diciembre de 2008

¿Por qué está tan nervioso Luis Juez? Por Gonzalo Neidal


(Publicado en La Mañana de Córdoba)

Luis Juez está un poquito sacado.
Alterado.
En un programa de Radio Universidad dijo que La Mañana de Córdoba “es un diario inmundo”.
No dejó aclarado el motivo de un calificativo tan duro.
Pero lo suponemos: a Juez no le gusta que lo critiquen, que lo marquen de cerca, que denuncien sus liviandades e inconsistencias.
Por eso, a Luis Juez no le gusta La Mañana. Aunque leernos sea lo primero que hace al levantarse cada día.
Probablemente sea porque La Mañana lo tiene junado. Como decimos en el barrio, “le tenemos picado el boleto”. Lo conocemos. Y sabemos la clase de político que es. Sabemos de su prédica contra la corrupción, principal mercadería que ofrece en su kiosco. Pero también conocemos sus poses de gran enroscador de víboras.

Por eso lo hemos criticado muchas veces en estos años. Le hemos señalado paso a paso cada uno de sus deslices.
Cuando empleó en la Municipalidad a sus amigotes del equipo barrial de fútbol “los matadores”.
Cuando cedió a todas las pretensiones del SUOEM.
Cuando embarullaba con sus dichos y administraba mal la Municipalidad.
Cuando renunciaba a un aumento de su dieta como legislador pero cobraba como síndico de Papel Prensa. Síndico del Estado nacional, puesto en ese lugar por Carlos Menem y Domingo Felipe Cavallo.
Cuando pretendía que había perdido las elecciones a gobernador porque le hicieron fraude, algo que jamás demostró. Ni los jueces de Córdoba ni la Corte Suprema de Justicia de la Nación le dieron la razón.
Cuando mudaba de aliados políticos en forma ligera y azarosa.
Porque, hay que recordarlo: primero fue menemista y cavallista. Luego delasotista, más tarde kirchnerista, posteriormente intentó aliarse con el radicalismo de Córdoba. Y más recientemente con Elisa Carrió y los socialistas hasta desembocar en Pino Solanas en estos días.
También se peléo, sucesivamente, con Menem, con Cavallo, con De la Sota, con Néstor Kirchner, con Cristina Kirchner, con Daniel Giacomino.
Todas estas inconsistencias y mudanzas le fueron señaladas por La Mañana.
Y eso lo fastidia mucho. Es razonable. Muy razonable.
A muchos puede no gustarle la imagen que le devuelve el espejo.
A Juez puede no agradarle que le digan que, siendo tan veloz para algunas cosas, haya tardado cuatro o cinco años para denunciar que Cristóbal López quiso coimearlo.
O que le recuerden que no utilizó correctamente los fondos que le envió Romina Picoloti.
En todo caso, puede refutarnos y desmentirnos, si él cree que hemos dado información errónea sobre su persona o bien hemos hecho una lectura equivocada o malintencionada de su conducta política.
Pero no insultarnos.
Es como si nosotros dijéramos que Juez es un delincuente común. Esto es algo que jamás diremos porque estamos distantes de pensarlo.
Muy por el contrario: creemos que Juez es una persona fuera de lo común.
Porque la gente común, como nosotros, trata de elevar el nivel de discusión y se empeña por no caer en el insulto y el lenguaje soez.
Es de gente democrática saber aceptar la crítica aunque sea dura y persistente.
Es de hombres de bien, responder con altura y sin agravios.
Las páginas de La Mañana están siempre abiertas a sus textos. Sean afortunados o no.
Pero Juez debe saber que desde aquí opinaremos sin concesiones acerca de sus dichos y hechos políticos. Así como lo hemos criticado, cuando diga o haga algo que ponderamos correcto, opinaremos a favor.
Pero ésta es una circunstancia que no se nos presenta a menudo.
Y es una lástima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario